Vecinos de esta ciudad se quejan constantemente de que hay calles y zonas que son un infierno de las drogas, al igual que en otros puntos de la Provincia.
Desde hace tiempo que se viene informando sobre este tema pero, al parecer, “las acciones concretas son muy ínfimas”.
En tanto, trascendió que las fuerza de seguridad “algunas se hacen de trabajar y otras directamente se han dedicado a recorrer y cuando actúan solo son detenidos ‘perejiles’, con tres o cuatro ravioles”, que significarían de entre los tres y ocho a diez gramos de sustancia narcótica, y esa situación se debería, supuestamente, a que “no tienen el apoyo necesario en cuanto a recursos y especialmente a respaldo de los jefes”.
Además, la vecindad en general se queja de que hay algunos sujetos, sean de donde sean, que parece que estuvieran más “a favor de los de los derechos de los delincuentes” que de los policías que quieren trabajar (en otra nota vamos a tratar de referirnos a este tema), y con ese trabajo, honesto, tratar de ir mermando la gran cantidad de bocas de expendio, “kiosquitos”, dealers y deliberys que pululan en esta ciudad.
A LOS VECINOS NO SORPRENDE
En ‘nuestras calles, espacios públicos, edificios escolares, salitas de salud, una esquina o cualquier espacio físico poco iluminado, se ve en las noches y a veces hasta de día, como se juntan jóvenes de ambos sexos y hacen las ‘fumatas’ o aspiran drogas.
Esto ocasiona la inseguridad, nadie puede circular o pasar por esos lugares, porque somos asaltados y hasta golpeados, no les interesa a estos individuos si son ancianos, niños o mujeres, la cosa es hacerse de cualquier objeto y si es dinero mejor para ir corriendo a comprar esas porquerías (paco y marihuana), y que muchos de nosotros vemos y hasta somos vecinos de estos, que para nosotros son delincuentes, porque envenenan a nuestra juventud y niños’, manifestaron muy molestos por esa situación.
Esta noticia que puede ser tildada quizá de “escandalosa” por algunos, a los sampedreños la noticia no sorprende, porque ven todos los días “donde se venden, quienes las venden y también quienes las consumen”.
Aquí, la inseguridad y la violencia con la que se perpetran los robos, ha crecido; y se sospecha que “la violencia continúa porque el negocio más lucrativo no disminuye y esto se nota, como de la noche a la mañana, ya que supuestamente sujetos que están desocupados (un cuantos, no todos), han aparecido de pronto como nuevos ricos, moviéndose en costosos vehículos construyendo o refaccionado sus viviendas que antes eran ‘simples ranchos’.
“Si un trabajador estatal o privado que gana seis mil pesos (calculando), no sólo no estaría en condiciones de poder cambiar ni la bicicleta sino que apenas puede llegar a fin de mes”.
Incluso sostienen que “los (presuntos) narcos, a través de testaferros o presta-nombres han formado negocios o empresas licitas y adquirido muchos bienes armando tremendos galpones y viviendas en gran parte del territorio provincial y donde no escapa San Pedro.
Se dice que los ‘grandes’ cargamentos los hacían y todavía algunos los siguen haciendo por aire (en avionetas), otros siguen pasando por la frontera con Bolivia ‘en toda clase de vehículos vía terrestre’, porque desde allí, pasando por los bosques y montañas de las Yungas, los ramales salteños y jujeños salen infinidad de caminos que confluyen muchos necesariamente en San Pedro, y otros en el departamento Santa Bárbara (Jujuy) y la zona de Anta (Salta), en rutas provinciales que desembocan siempre en la ruta nacional 34, que es una especie de nodo de comunicación que canaliza el ‘comercio’ en dirección al sur, hasta las las grandes urbes y los puertos para sacar la mercancía al exterior”.
Además, señalaron que “los narcos que utilizan esas rutas en el trayecto cuentan con campos adquiridos y algunos alquilados por las jugosas utilidades que generan; ya que el transportar la droga hasta los centros mencionados, daría más ganancias, porque cuando más se aleja de las zonas de fabricación el precio va subiendo”.
En tanto, eso estaría sucediendo, “la policía, que debería trabajar para mantener el control sobre los existentes mercaderes locales, hoy -presuntamente- ese trabajo es nulo”.
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