La crisis que vivió el transporte urbano durante más de dos meses, se resolvió finalmente con el resistido incremento de la tarifa, pese a la evidente disconformidad de los usuarios.
A 15 días de la decisión del juez Alejandro Domínguez, quien autorizó el aumento impulsado por la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, el servicio se presta por estos días con los mismos inconvenientes referidos por los pasajeros que objetaron la suba.
La frecuencia con que circulan las unidades sigue siendo una molestia para los pasajeros que se trasladan hacia los barrios más distantes de la capital.
La suciedad en las unidades y el abarrotamiento en los horarios pico, son situaciones incómodas para los usuarios que no han desaparecido, pese a que las empresas obtuvieron el aumento exigido.
En el último tiempo, los pasillos de Tribunales han un sido espacio recurrente para dirimir los problemas del transporte en la capital jujeña.
El proceso de licitación para que las empresas formalicen su propuesta para brindar el servicio a los usuarios se vio interrumpido por supuestas irregularidades señaladas por una de las empresas que ya hoy presta servicio.
El precio del boleto, inclusive, aún tiene pendiente una definición en manos del juez Fernando Pedicone, quien recibió en el Juzgado Contencioso Administrativo el primer expediente iniciado por vecinos disconformes por el aumento.
Mientras esto ocurre, a 120 kilómetros, en la capital de Salta, los contrastes son evidentes.
Luego de la realización de una audiencia pública, el precio del boleto se incrementó a 3 pesos con 25 centavos, con un servicio que muestra claras diferencias con el que se brinda en San Salvador de Jujuy. Así pudieron comprobarlo usuarios jujeños en salta.
Francisco Orellana, vecinalista de nuestra ciudad, estuvo unos días en salta por motivos familiares y comprobó personalmente cómo viajan los ciudadanos. “Uno comprueba que tienen otro tipo de manejo de las cosas, otra manera de llevar las cosas (…) Yo he estado una semana allá por temas de estudio de mi hija y la verdad es que me saco el sombrero porque la verdad en que los he visto trabajar distinto a lo que hay acá. Cada uno tendrá su color y sus cosas políticas, pero trabajan mancomunadamente con el vecino, atendiendo a sus necesidades”, dijo a Canal 2.
“En Salta todas las calles, hasta el barrio El Milagro, están pavimentadas. No hay calles con problemas de pavimento. En Alto Comedero vivimos en un barrial; los colectivos tienen que andar en calles que han empedrado hace dos días y eso no sirve de nada en el barrio. Alto Comedero es un lugar muy arcilloso”, agregó.
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